Monday, August 27, 2007

"Hoy la voluble señorita es amistad "

"El amor, para existir, no requiere necesariamente del consentimiento, ni siquiera del consentimiento del ser amado. Podemos querer a una persona que nos desprecia o incluso que nos ignora. La amistad, en cambio, exige la reciprocidad. No se puede ser amigo de quien no es nuestro amigo. Amistad, sentimiento solidario, amor solitario. Superioridad de la amistad”.

(Prosa 145, Julio Ramón Ribeyro).

Sunday, August 19, 2007

Pies deshechos

Sus pies rebasaban las sandalias y caían como masa de torta cruda por la cuadra. Los transeúntes miraban asombrados la escena, algunos -discretos- continuaban con sus rutas como quien pide un deseo a la virgen y espera respuesta, mientras que los más solidarios trababan de recoger con sus manos los chorreantes y acalorados pies con la esperanza de colocarlos nuevamente dentro de las sandalias.

Esta solución, aunque coherente, era tan poco práctica como un obsesivo compulsivo en días de crisis, pues, incluso luego de los innumerables intentos de acumulación: los pies seguían dispersos.
Después de varios cientos de segundos, de entre la multitud, una gorda y muy coqueta señora levanto el tono de voz pidiendo espacio: “Yo tengo experiencia en estas cosas - dijo- algo similar le pasó al primo del hijo de mi tía, o sea a mi hermano, y tuve que convivir 317 minutos con su estado de pies desechos para luego fundirlos, lo primero que debemos hacer es encontrar un recipiente con forma de pata donde vaciarlo, usted señor, páseme su zapato que cae perfecto con el tamaño del de la señorita”.

Mientras cual cenicienta el señor se despojaba los zapatos, en los bancos de las esquinas, las parejas que minutos antes intercambiaban fluidos y bellas palabras de amor posaban su admiración en la gorda y coqueta mujer, quien tras haber vaciado los pies en el zapato del señor cabezón (tal como lo hubiera hecho años antes con el del primo del hijo de su tía), tramaba como fundirlos para que calcen.

- Necesitamos fósforos para calentar el zapato, de otra manera el pie no podrá volver a su estado de pie y uñas y callos y pasos por las veredas- dijo la mujer.

Mientras discutían sobre quién debía dar los fósforos, y quién el zapato más acorde con la talla de la muchacha, está empezaba a salir del estado de pérdida de conciencia en el que se había encontrado minutos antes; y lentamente volteaba, viendo al conglomerado de gente que la rodeaba discutiendo sobre fogatas y fósforos, y se percataba nuevamente de su estado de derretimiento podal, todo era confuso, no entendía por que la rodeaban, cogio lentamente el control y apreto -aun adormitada- el botoncito rojo.

Friday, August 17, 2007

perdida en Trujillo

Ayer vi perdidos en Tokio, un film tedioso y sin escenas espectaculares, casi una escena de la vida diaria; y pese a esa simplicidad de diálogo, encontré en él, un film que representa claramente las emociones humanas.
La sensación de no encontrarse, la confusión a la que lleva una relación larga, el dilema de querer a alguien y no saber si hacer algo para que crezca, hicieron que me identificara fácilmente con los personajes y la trama.

Básicamente, la historia cuenta sobre un actor de cine, que es contratado para hacer comerciales por una semana en Tokio. El actor se hospeda en el mismo hotel que una joven pareja de esposos, un fotógrafo, y una graduada en filosofa, sin trabajo ni idea de lo que hará con su vida.
La joven y el actor se encuentran en el ascensor del hotel, y desde entonces, entre miradas y diálogos simples, entretejen una especial amistad (utilizo esta palabra en vez de enamoramiento, pero se que cualquier palabra se entiende).En el transcurso de su estadía en Tokio ambos se cruzan, buscan y encuentran, generando intimidad en su relación, aun sin acercamiento físico.

Termina con un final inesperado, al menos para mí. Me gusto mucho. No la recomiendo. No me gusta recomendar films.